
Momentos de tristeza disfrazada en sonrisas, no dejan cerrar los ojos para así poder disfrutar del encanto momentaneo que acredita mi lejana felicidad.
Tal extrañeza en enredos perceptibles al hablar y al besar, denuncian mis más profundos malestares y lastimosos signos de decadencia.
Trato de volcar las miradas hacia el futuro y no encuentro aptitudes beneficas y tampoco abundantes para alejar las tinieblas de mis acertijos constantes y moribundos.
Aún así no puedo encontrar respuestas.
Respuestas al filo temerario que una y otra vez se incrusta en mis venas para declarar la independencia emocional que algún dia pude gozar.
No son más que migajas del destino que no pueden penetrar mis falencias y peor aún que tampoco dejan el ultimo sorbo de mis fortalezas.
Despues de todo, veo claridad en mis sentidos, siento el calor en mi piel y entre mis antojos clavo en tu miel un satírico denunciante gesto de bestia mundana sin rumbo que me estimula a corromper los agotados deseos de permanencia.
Mis diciplinarios reflejos de cordura activan mis sobresaltos de fé y esperanza. Luego se desata la tormenta de la experiencia exterior.
Intento con manos y brazos extendidos detenerla, enfrentando el torrente que no cesa.
Así perezco en ella como si fuese el obsequio de un dios y gustosamente me rindo a su naturaleza.
By me Feña.
24-09-09.